Los integrantes de la Optíada Juvenil de entonces, en el auditorio Pablo VI. Detrás los Armats adultos y detrás de ellos todos los acompañantes |
Todas las entidades tienen aquellos hitos históricos o significativos que en un momento dado de su historia han marcado una pauta, un hecho valioso o un punto de inflexión. Los Armats no somos una excepción. Nuestra historia está llena de acontecimientos, buenos o no tan buenos, que en su momento han significado algo más que un hecho singular y nada más.
Podemos hablar de los orígenes, de las prohibiciones, de los momentos difíciles, de las recuperaciones, de los cambios de vestuario, de la creación de nuevas secciones y sus ampliaciones, de los Encuentros de Armats, de los orígenes de la Pasión y su evolución, de la visita a Montserrat, de los diferentes locales sociales, de las diferentes evoluciones o cuadros... No obstante hay dos efemérides que han marcado época y son un referente por su relevancia. Hablamos, evidentemente, de las dos visitas a la ciudad de Roma.
Los Armats de Mataró fuimos a Roma el 24 de septiembre del 1986, este año hará 37 años. Volvimos el 10 de septiembre del 2008, por lo tanto este 2023, hará 15. Es una efeméride ya no tan reciente pero muy significativa de nuestra historia, tanto por el hecho de lo que engloba en sí, como por el hecho de tratarse de una segunda visita a un lugar tan emblemático como es la cuna de la civilización y la cultura latinas.
El presidente de los Armats de entonces, Anastasi Codosal Jato, manifestaba el septiembre del 2008 a la revista El Tot Mataró: “La idea salió dentro de la propia entidad. Queríamos hacer alguna aportación propia a la celebración del Milenario de Santa Maria y se nos ocurrió que podíamos repetir la visita al Papa en Roma del año 1986”. Este es el origen de la aventura.
En la reunión de junta del 14 de septiembre del 2005, el presidente ya comenta la idea de que se podría volver a Roma. Sin embargo no será hasta mediados del 2006 que se decide ir a hablar con Mn. Jaume Gonzàlez Agàpito, mataronés ilustre, quien ya fue el alma de la primera visita del año 1986 y persona conocedora del entorno vaticano. Como resultado de las conversaciones y gestiones, el enero del 2007 se llegó a poner sobre la mesa la posibilidad de ir el mismo mayo, pero se consideró que el tiempo era demasiado justo. No obstante, ya se hablaba de ir en avión y que el material se transportara en camión.
El resto del 2007 solo se tantea la posibilidad de recibir algún tipo de ayuda para el viaje de parte de las entidades que siempre han colaborado con nosotros. El enero del 2008 Mn. Jaume ya había hablado con Roma, haciendo todas las gestiones necesarias, y esperaba respuesta en unos días. Cosa que se confirma el mes de abril, ciando ya se conoce que la fecha sería el 10 de septiembre.
A diferencia del año 1986, la evolución de la tecnología ofrecía la posibilidad del uso del correo electrónico, por lo tanto el 16 de abril del 2008 se envía uno a los socios donde se informa que el día 10 de septiembre se ha confirmado la audiencia y que se plantea una salida para el día 9 al atardecer y la vuelta el domingo 14, aprovechando el posible puente del 11 de septiembre. Se pide que todo el mundo responda para poder organizar todo el tema con celeridad.
Quince días más tarde del primer correo, se envía información recogida en dos documentos. Uno de informativo, donde se pone fecha para apuntarse, las condiciones para hacerlo, se menciona el tema de las prioridades en la hora de asignar plazas, se apunta la posibilidad de volver el día 11 o el 14 y como se distribuiría el importe de alguna ayuda o subvención que se otorgara a la entidad para al viaje. Otro documento donde se detallan los criterios en la hora de apuntarse para tener plaza y las prioridades en estas asignaciones, quedando claro que la gente que daría cuerpo a la formación de aquel día tendría prioridad junto con un acompañante.
El tiempo va pasando y el mes de mayo se desestiman los presupuestos trabajados hasta aquel momento puesto que hay personas del entorno próximo de Mn. Jaume, que tienen experiencia en la organización de estos tipos de viajes con un planteamiento bastante bueno.
El mismo mayo, se envía un nuevo correo donde se adjunta una propuesta de viaje y actividades previstas, presupuesto del viaje y se van aclarando más aspectos, como por ejemplo, el hecho de salir todos juntos, la posibilidad de volver haciendo el puente del 11 de septiembre o el día 13 (en lugar del 14), y se establecen las fechas límites para apuntarse y en principio se habla de salir en avión desde Girona.
El trabajo se va desarrollando y la junta acuerda obsequiar al St. Padre con una figura idéntica a la de los premios Armat y Arnat. A comienzos de junio, la lista se da por cerrada, contabilizando 76 Armats y 61 acompañantes. Además se saldrá de Barcelona y no de Girona. Se confirma la presencia del entonces Alcalde Joan Antoni Baron, que vendría por su cuenta. También hay contactos con los medios de comunicación locales, de forma que TVM y Mataró Radio cubrirán el acto. También se acuerda que el material viajará en barco en una furgoneta conducida por los compañeros Fermín Manchado y Toribio Gutierrez.
Ya a comienzos de julio se convoca una reunión informativa, donde el Sr. Francesc Figueras y Gudas, organizador de todos los detalles del viaje, expone la estructura del mismo, horarios de salida desde Barcelona, horarios de los que vuelven el día 11 y de los que vuelven el día 13. Se comentan detalles importantes como el lugar de estancia, la Residencia Candia, la documentación necesaria para adultos y menores, la organización de las comidas y detalles a considerar como el tipo de ropa dependiente de los lugares, calzado cómodo, etc.
Ya entrado el mes de agosto, el día 18, se envía un nuevo documento informativo del viaje donde se indican los diferentes precios según las opciones escogidas por el viaje, tanto para Armats y acompañantes y dependiendo del día de vuelta.
Finalmente se convoca una reunión el 5 de septiembre al local con el Sr. Figueras, para recordar y aclarar detalles, y un par de días de ensayo en el parque central, los días 3 y 4 de septiembre, para los integrantes de aquella formación. Ya el 4 de septiembre se envía un nuevo mail donde se remarca que la concentración será el día 9 a las 9:30, para a las 10 salir con los autocares hacia el aeropuerto de Barcelona.
Formación del Manípulo en la plaza de San Pedro - Realizando la evolución del Combate General - No podía faltar una pareja de novios como el año 1986 |
A pesar de que es un poco largo, es importante recordar todos estos preparativos, gestiones, listas, etc. llevados a cabo, todos necesarios para la movilización de un grupo tan numeroso. Trabajos que la junta directiva con la ayuda de diferentes personas de la entidad fue llevando a cabo durante este periodo de tiempo.
Los detalles del viaje los podéis consultar en este enlace publicado cuando hacía 10 años del viaje a Roma 2008.
Polémicas aparte, que hubo, todos los participantes del viaje disfrutamos de una experiencia imborrable. Ir a Roma a desfilar de Armats, por primera o por segunda vez para algunos, no es un hecho que admita comparaciones con otros desfiles.
A continuación algunas curiosidades del viaje.
Mucha gente del grupo llevaba camisetas de Armats en el momento de salir de Mataró. El presidente repartió algunas y todo.
Debido en el espacio limitado de la furgoneta que llevaba el material, se tuvieron que tomar dos decisiones arriesgadas pero justificadas, la primera poner dos equipos enteros en una única bolsa y la segunda tener que recortar las lanzas que había entonces. La longitud original se recuperó el 2017 al hacer la renovación de las mismas.
El viaje en avión recordó a los que fuimos el 1986, la enorme diferencia en tiempo de viaje y sobre todo, comodidad.
La estancia en la residencia Candia estuvo bastante bien. El espacio, con unas habitaciones de un estilo muy curioso (todo el mundo fue enseñando al resto las particularidades de la suya), disponía de cocina muy equipada, pero el hecho más importante es que estaba situada muy cerca de la Ciudad del Vaticano, lo cual permitía ir a pie en menos de un cuarto de hora.
Una tienda de víveres cerca de la residencia, hizo su agosto particular, puesto que todos compramos algo (bebidas, comer...) por si acaso o para pasar un rato libre.
Los que desfilamos el 1986 fuimos a la plaza de San Pedro para recordar aquel viaje y ofrecer nuestras impresiones a los medios de comunicación que nos acompañaban.
El día 10 en el trayecto entre la residencia y la plaza de San Pedro, los que íbamos detrás de la formación, recibimos todo un puñado de “buenos deseos” (con ironía evidentemente) en italiano, puesto que en algún punto tuvimos que ocupar la vía pública y los molestábamos. Seguramente llegaban tarde al trabajo.
La audiencia con el papa Benedicto XVI fue lejana físicamente y se echó de menos la proximidad que hubo con Juan Pablo II. Eso sí, al tratarse de un lugar cubierto nos ahorramos la soleada del 1986.
El combate general que se realizó en la plaza de San Pedro, fue una variante adaptada al hecho de ser 32 Armats de lanza, en lugar de los 36 habituales. En los ensayos funcionó, pero con los nervios y las indecisiones, aquel día no fueron bien los cruces del combate. El público no creo que lo notara.
A la hora de las fotos con el público, no faltó la típica novia que añadió algunos Armats a su álbum de boda.
No había quedado claro el tema de las toallas, que parece ser que por norma del establecimiento solo se ofrecian el primer día y para el resto las tenías que llevar. Esto fue una sorpresa volviendo de la audiencia cuando vimos que el personal había limpiado las habitaciones y se había llevado las toallas usadas. Trabajo para entenderte con ellos de que nos dejaran como mínimo alguna para ducharnos y secarnos. El resto de días ya nos las fueron reponiendo.
Por la tarde todo el grupo iba con el polo azul y amarillo hecho para la ocasión. El grupo se veía venir de lejos.
No diremos nombres, pero alguien fue a parar dentro de la Fontana de Trevi. Esto tan solo lo podía hacer Anita Ekberg en “La Dolce Vita”.
En una de las visitas a la Plaza Navona, algunas personas del grupo perdieron el bus de vuelta y les costó entenderse en italiano para poder volver a la residencia.
Mn. Jaume conversando con el chófer - Imagen del Coliseo - Una imagen saliendo de la visita al Vaticano - El patio de la residencia Càndia donde hicimos todos los desayunos |
Ya sabemos que Mn. Jaume es una persona con amplios conocimientos, pero durante las visitas nos demostró que esta amplitud es realmente enorme. ¡No hubiéramos encontrado un guía mejor! Incluso en los desplazamientos con autocar, no paraba de comentar aspectos de los edificios y espacios por donde circulábamos. Una tarea de mucho agradecer.
Hablando de tareas, es preciso remarcar también la paciencia de Francesc Figueras para ir intentando que todos los horarios de visitas y comidas cuadraran. También la tarea de los responsables de los autocares cuando nos desplazábamos todos. Lo de Plaza Navona fue un hecho aparte, puesto que aquel desplazamiento fue voluntario e incluso ya se dijo que si alguien quería volver a pie hasta la residencia Candia, lo podía hacer por su cuenta.
En el viaje de vuelta en avión, los asientos no estaban distribuidos por unidades familiares ni por parejas. Para evitar una pérdida de tiempo enorme redistribuyendo asientos se optó por sentarse tal y como indicaban los billetes.
Como que las normas de seguridad de los aeropuertos no te permiten entrar bebidas, alguna carencia de previsión con lo que se compró en la tienda mencionada antes, supuso que los que tenían excedentes invitaran a agua y otros refrescos al resto del grupo. ¡Todo antes que tirarlo!
En el aeropuerto de Barcelona, perdimos durante un rato a un compañero que se equivocó de grupo. Sí, lo recuperamos.
En la formación de los 66 Armats que desfilaron había todo un abanico de casos: los que lo hicieron por primera vez en Roma, los que lo hicieron por segunda, los que ya no desfilaban pero se apuntaron por la relevancia del viaje y las personas que solo desfilaron aquel día.
El grupo de los que desfilamos el 1986 estaba formado por: el Capitán Manaia Xavier Pelàez (seguramente el único capitán que lo ha hecho dos veces), Ignasi López, Joaquim Tudela, Dani Mataró, Jordi Romagosa, Miquel Guillén, Joan Lluís Martin, Feliu Rovira i Josep Riera. Añadimos también a Jordi Llinàs Barrios, que vino al viaje, pero que no desfiló. Evidentemente nuestros acompañantes también repitieron.
Y otras anécdotas o detalles que desconocemos, pero que en conjunto nos sirvieron para pasar unos días en grupo, de forma diferente a lo que estamos acostumbrados cuando nos encontramos realizando las actividades anuales de la entidad.
Esta efeméride puede ser criticada, enaltecida, valorada, ninguneada... pero, como que forma parte de la historia de la entidad no puede ser nunca olvidada.
Jordi Romagosa i Nebot
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